Artem Berman:¡Hola, hola, Coca Cola!
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: ¡Hola!
Artem Berman:¡Si!
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: ¿Qué tal?
Artem Berman:Todo bien, más o menos.
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: No te escucho. Ahora sí.
Artem Berman: Sí, ahora todo bien. ¿Me escuchas?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: ¿Estás en la cama todavía?
Artem Berman:Si, hoy voy a empezar el día un poco más tarde.
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: ¿Has dormido mal esta noche?
Artem Berman:¡No, no! Dormí bien. Me desperté a las nueve, pero me lo estoy tomando con calma… como tengo mi tablet, entonces puedo trabajar incluso estando en la cama. Ahora voy a abrir las preguntas. Si quieres, podemos seguir con estas cuestiones u otras ya que ahora mismo no estoy siguiendo cien por cien ningún esquema de trabajo científico (para mi tesis). Entonces como hemos hablado de esta entrevista, puedes extenderte más o menos… Puedes decir lo que quieras dentro de tu zona de comodidad. Ah, y sí, estoy grabando, después de todo, te voy a mandar el texto por escrito. Puedes editarlo o cambiar entonces lo que quieras..
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: ¡Ah, vale!
Artem Berman:Al final voy a editarlo y mandarte el resultado final antes de publicarlo. Okay, vamos. Las primeras preguntas son como siempre un poco estúpidas, pero vamos con ellas. ¿Permites utilizar los datos de esta entrevista para una investigación científica? Ahora no existe ninguna investigación, pero igual en el futuro…
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Bueno, nunca se sabe, nunca se sabe a dónde va a llegar tu entrevista. Me puedes formular las preguntas tal y como tú quieras o gustes.
Artem Berman:Okay, vamos, entonces, ¿permites utilizar los datos de esta entrevista para una investigación científica?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Sí, lo permito.
Artem Berman:¿Permites publicar la entrevista en la página web después de haber revisado el contenido?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Sí, claro, lo permito.
Artem Berman:¿Quieres publicar la entrevista con tu propio nombre o con algún pseudónimo?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: La Chinchi es como me gusta, ya conoces mi respuesta, jajaja.
Artem Berman:Si, vamos con tu nombre. Yo que sé, hay que preguntar siempre, es de buena educación preguntar, ¿sabes? Okay, tu nombre ya sabemos, la información de contacto, e-mail, teléfono, también lo sabemos, ¿qué edad tienes?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: 49 años.
Artem Berman:¿Genero?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: De momento, femenino, nunca se sabe si haré un cambio.
Artem Berman:Si, ah, es una buena pregunta en tu caso: ¿vives independiente o con padres, pareja, u otras personas?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Vivo con mis tres hijos en semanas alternas.
Artem Berman:¿Qué tipo de discapacidad tienes? La información que quieres compartir, que ocurrió, a qué edad, ¿cómo afectó a tu vida?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Tengo una discapacidad física visible y manifiesta, y otras discapacidades no tan visibles, jajaja. La discapacidad es consecuencia de una lesión medular por un accidente de tráfico en una moto a la edad de treinta años. En ese momento trabajaba de Veterinaria. Imagínate Artem, con treinta años, en plena vida laboral, licenciada en veterinaria, (especialista en équidos, reproducción e inseminación artificial y comenzando a hacer transferencia de embriones). Estaba soltera, vivía en Fuengirola e ingresaba suficiente dinero como para tener un nivel de vida aceptable. Hacía lo que más me gustaba en ese momento, trabajar en lo que más me apasionaba, con los animales que adoraba. Era y soy amante de los caballos.
Artem Berman:Y ¿cómo este accidente afectó a tu vida en aquel momento? Tenías tu carrera, tenías tu trabajo, qué más tenías… ¿Ha sido una experiencia muy traumática, cambió tu vida por completo?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Aquel accidente de tráfico me paralizó, cambió mi vida por completo tanto a nivel laboral como personal y emocional. Cambió todo y todo se derrumbó. Mis piernas se paralizaron y se paralizó mi vida. Fue un cambio que llegó por sorpresa, inesperado, sobrevenido. No imaginé que algo así me pudiera suceder a mí.
Artem Berman:Entiendo…¿Y cómo empezó el proceso de rehabilitación? ¿O sea, cómo empezaste a volver a integrarte en esta vida? Me imagino que el período de rehabilitación médica duró bastante tiempo, en los hospitales...pero después había algún momento cuando empezaste, digamos, a volver a vivir, ¿esto cuándo pasó?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Vamos por partes si te parece Artem. Pienso que mi rehabilitación ha tenido dos fases y a dos niveles diferentes. La rehabilitación física por un lado y la emocional y mental por otro. La rehabilitación a nivel del cuerpo físico es más o menos obvia. Ejercicio físico, muchas horas de gimnasio, piscina y fisioterapia con profesionales para un frágil cuerpo. Ésta comenzó en el mismo momento en el que me pusieron en plano por primera vez (plano, es ponerte en posición vertical en una cama después de 1 mes tumbada en posición horizontal). La segunda fase es la rehabilitación emocional y mental que comenzó con la aceptación de mi misma y de esa nueva realidad. Esto es aplicable a cualquier “proceso traumático” que se nos presenta en la vida (la muerte de un ser querido, una ruptura de pareja, perder un puesto de trabajo). Ser capaz de pensar y sentor de otra manera para sentirte mejor y aceptar la nueva realidad. Dentro de la aceptación hay otra aceptación que es muy importante, la aceptación social. Creo que son diferentes, pero ambas van de la mano. Me explico, cuando nos aceptamos a nosotros mismos y aceptamos la nueva situación, la sociedad parece que también te acepta, pero si vives en la negación y no aceptación de tu nueva realidad, la sociedad es como que lo percibe y te presentan más dificultades. La aceptación te lleva al equilibrio emocional y mental y por tanto a volver a vivir la vida y buscar la felicidad. Es verdad que ésto tardó bastante tiempo en llegar. Es muy duro y difícil de gestionar esa nueva situación. ¿Cómo empieza o dónde empieza la rehabilitación? La rehabilitación física comienza en Toledo al mes del accidente, en el hospital en el que estaba ingresada, el Hospital Nacional de Parapléjicos. ¿De la mano de quién? Pues de profesionales (médicos, rehabilitadores, enfermeros y celadores). La segunda, la rehabilitación emocional y mental empieza con mi familia y amigos que son quienes me animan, me apoyan y me muestran su cariño. Ellos son quienes me hacen ver el lado positivo de la vida y de las nuevas oportunidades que se me presentarían. Mis hermanos, la yaya, mi madre y amigos. Físicamente la persona que más me aportó en esos momentos de dificultad fue la persona que luego sería el padre de mis hijos. Era entrenador superior de natación y waterpolo y me enseñó a nadar de nuevo. El agua era y es un medio que te permite moverte sin casi gravedad. Además él había pasado por un accidente traumático igual que yo en el que casi pierde la vida y su experiencia pasada me aportó mucho para afrontar mis propios miedos. Me hizo ver que las metas se superan de a poquito y que hay que ser perseverante.
Artem Berman:Una pregunta que tengo referente a esto, aquí en España por lo que veo y por lo que sé, la situación de la gente discapacitada es bastante diferente a la situación que tienen países como Ucrania. Entonces me imagino que existen algunos programas especiales de rehabilitación social, o sea trabajo con psicólogos y otras cosas de este tipo…
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Ah, vale.
Artem Berman:Como trabajo en grupos, etcétera. ¿Puedes decirme algo sobre esto?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Claro. El primer trabajo de rehabilitación emocional, psicológico y mental empezó en el hospital de Málaga a la semana del accidente. Allí me ofrecieron la ayuda de un psicólogo y de un sacerdote y a ambos los rechacé. En Toledo me volvieron a ofrecer la ayuda de otro terapeuta profesional. Sólo asistí a la terapia el primer día. Cuando entré en la sala de la psicóloga, había unas 12 o 15 personas sentadas en sillas de ruedas y dispuestas en forma de media luna. La psicóloga me presentó al grupo diciendo: “ella es una lesionada medular a nivel D12- L1. Eso me impactó tanto, que dije: Soy Montse Chinchilla y tengo una lesión medular a nivel D12-L1. Decidí quedarme en la terapia ese día a pesar de mi malestar, pero no volví a ir a ninguna de las terapias durante el tiempo que estuve en ese hospital. Entonces mi respuesta a tu pregunta es, sí, el sistema de salud español te ofrece ayuda, pero quizás no en el momento que la necesitas, ni de la manera que la necesitas, ni de la mano de la persona indicada. A mí en aquel momento no me sirvió porque yo era la primera que no quería ayuda pues no había aceptado mi situación. En momentos posteriores de mi vida, en el 2013, que estaba realmente mal, busqué a un profesional y me ayudó muchísimo. Ellos, los profesionales, te guían en cómo gestionar el mundo emocional y mental. Te remueven si realmente son buenos profesionales porque he de decir que hay de todo. El sistema de salud en esta segunda ocasión, no me dio ayuda de ningún tipo. Tuve que pagar las terapias de mi bolsillo. Por propia decisión personal comencé a leer libros de autoayuda, estudiar programación neurolingüística y practicar mindfulness. Los profesionales que yo encontré en los hospitales no supieron ayudarme, quizás porque yo rechazaba su ayuda porque no estaba preparada, o porque estaba bloqueada, no sé por qué. Pero cuando realmente los necesite, los encontré y no dudé en pagar lo que fuera a cambio de salir de mis bloqueos y miedos.
Artem Berman:Entiendo. Claro que siempre existen factores que juegan a favor y en contra de la rehabilitación social. ¿Cuáles fueron los obstáculos en tu camino hacia “la nueva normalidad”?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: El primer obstáculo que me encuentro en ese momento de mi vida (2002) son las barreras físicas. Sentada en una silla de ruedas te das cuenta de que un simple escalón es una barrera que no te permite llegar a donde quieres. Si no hay ascensor, no puedes subir o bajar. Entonces, las primeras limitaciones que te encuentras son a nivel físico, por supuesto. Y a éstas le siguen las que yo considero las más importantes, las barreras mentales (tus pensamientos) y las emocionales (el carecer de una educación y gestión emocional adecuada desde mi infancia).
Artem Berman:Bueno con esas barreras lo entendemos perfectamente bien. Si consideramos tus capacidades físicas actuales, siempre encuentras limitaciones nuevas alrededor de ti, pero por parte de la sociedad, aquí en España, ¿te sientes aceptada?, Te perciben como igual? ¿Los gobiernos, tanto locales como a nivel nacional están tratando de ayudar a este colectivo? ¿Una persona en silla de ruedas aquí en España realmente puede sentirse como parte de la sociedad? ¿Cuéntame cómo es la situación en España?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Actualmente ha cambiado la manera en la que nos ve la sociedad y ha cambiado para mejor. Ya han pasado 19 años de mi accidente. Te puedo hablar de cómo estaba la situación en España en aquel momento y cómo la veo ahora. Creo que las personas en aquel momento, en general, o por lo menos así es como yo lo percibí, es que no estaban acostumbradas o preparadas a tratar con personas jóvenes con discapacidad. Se pensaba que la discapacidad es cosa de personas mayores y, el hecho de ser una mujer joven que va sentada en una silla de ruedas, hace que te vean como una persona que no está lo suficientemente cualificada para vivir de manera autónoma. Te pongo un ejemplo Artem, el hecho de ir a un restaurante, ¿vale? Cuando se acerca el camarero, éste le pregunta a la persona que te acompaña qué qué vas a tomar «tú». Y dices: nooooo, perrrrrdooonaaa, voy sentada en una silla de ruedas, pero todavía sé lo que me gusta y lo que no me gusta comer. En ese momento te das cuenta de que el hecho de ir sentado en una silla de ruedas es una barrera social hacia la persona con discapacidad. Te pongo otro ejemplo Artem, voy a comprarme un coche y voy acompañada del padre de mis hijos, él le deja claro al señor del concesionario que el coche lo voy a comprar yo, que es para mí, y que debe explicarme las cosas a mí. El comercial, en menos de un minuto de conversación ya estaba explicándole a mi entonces marido, cómo era el coche, el precio...etc ....En ese momento me sentía ignorada. Este señor no era capaz de mantener la mirada conmigo. En esos momentos lo percibí como un rechazo, pero ahora sé que no me estaban rechazando, lo que ocurría era que no saben cómo tratar a una persona con discapacidad por desconocimiento. No saben, no saben cómo dirigirse a ti por el hecho de estar sentada en una silla de ruedas. La sociedad necesita estar más concienciada con la discapacidad, con todas las discapacidades, las más aparentes y visibles (silla de ruedas) y las no tan visibles (como una discapacidad orgánica o mental).
Artem Berman:Si yo por ejemplo todavía, en un porcentaje alto de casos, me encuentro en la misma situación e incluso me divierte muchísimo. Ya sabes, que normalmente salgo con un acompañante y el problema que tenemos es que el tío habla solo ruso, no habla ni inglés, ni español. A veces me encuentro en un restaurante y un camarero o una persona allí empieza a hablar con él incluso cuando pregunto yo algo. Entonces le responden a él, sin hablar conmigo, por las razones que has comentado antes. Y yo pienso: vale, vamos a disfrutar del proceso. En ese momento, yo me mantengo en silencio y empiezo a esperar la resolución de la conversación. Así que hablan a mi auxiliar en español y este no puede responderles. Después tratan de hablarle en inglés y tampoco sirve. Y sólo después, cuando ya veo que este chico o esta chica está hasta las narices del tema, empiezo a hablarles yo y les digo que me hablen directamente a mí, ¿No te parece más lógico? Finalmente, y después de un dolor de cabeza podemos resolver este problema. De lo que te hablo, es una realidad, le pasa a mucha gente en nuestra situación. Yo sé que la gente no lo hace con ninguna mala intención, sino que no han sido formadas o no tienen la capacidad de desenvolverse en este ámbito. A continuación vamos a hablar del tema de la formación, voy a hacerte algunas preguntas sobre ella ¿Qué nivel educativo tenías antes de tu accidente?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Mi nivel educativo antes del accidente era licenciada en Veterinaria y había comenzado una tesina en medicina equina en la facultad de Córdoba, pero no llegué a terminarla. Licenciada en veterinaria, especialidad clínica.
Artem Berman:¿Qué formación académica has cursado después del accidente?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Después del accidente continué mi formación con un Máster MBA en la universidad Complutense de Madrid subvencionado por la Fundación Once (202/03). Intenté volver al mundo de la veterinaria equina e hice un curso de especialización en técnicas de reproducción artificial y transferencia de embriones. Bueno Artem, realmente lo hice pensando que, algún día podría trabajar de nuevo con caballos en un hospital equino aplicando las nuevas técnicas de transferencia de embriones. Me planteé dirigir mi propio centro de reproducción o trabajar en un hospital como gerente o directora. Tenía la esperanza y la ilusión de llevarlo a cabo pero, aquello se quedó en un sueño. El estar sentada en una silla de ruedas te desvaloriza como persona, te hace tener una percepción de tí misma de inseguridad. Las dificultades que me encontraba en el día a día por culpa de las barreras arquitectónicas y la falta de inclusión laboral, me echaba para atrás. Puse mi foco en mi rehabilitación y en formar una familia y los años que siguieron me casé y tuve 3 hijos. En el 2013 ya estaba divorciada y poco tiempo después retomé los estudios y la formación. Soy de esas personas a las que le gusta seguir aprendiendo. He hecho cursos en formación sobre Turismo Accesible y recientemente en el 2019/20 he cursado un Máster de Accesibilidad para Smart City en la Universidad de Jaén. También tengo el Máster, el practitioner y el Trainner en PNL (programación neurolingüística).
Artem Berman:Ok, pues el accidente entonces influyó en tu elección de diversos elementos…
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Creo que todo lo que hice y he hecho en mi vida, antes y después de mi accidente, han tenido relación con la situación que estaba viviendo en ese momento. Elegí y elijo hoy en día según mis preferencias, posibilidades, capacidades y adaptándome a las circunstancias. Después del Máster MBA me dije a mí misma, bueno, con todo esto que he aprendido, mis conocimientos sobre gestión empresarial y los de veterinaria, podría emprender un negocio, una pequeña empresa, una clínica de pequeños animales. No era lo que más me apasionaba del mundo animal, lo reconozco, pero tenía que ver con mi mundo profesional, era licenciada en veterinaria y podía aplicar los conocimientos adquiridos en el MBA. Me re-inventé a nivel laboral y ante la “nueva situación” me convertí en empresaria. En momentos posteriores de mi vida, más cercanos a la actualidad, empecé a estudiar y profundizar sobre la neurociencia y el cómo funciona el cerebro.Me debió salir la vena científica como veterinaria que soy. Así que me puse a estudiar sobre cómo funciona el cerebro. Me apasiona saber cómo funcionamos a nivel mental y qué de importante son las creencias, los valores, los hábitos, los comportamientos…etc. La mayor parte de nuestra vida vamos en modo automático, sin ser conscientes del momento presente. Reconozco que mi mayor aprendizaje de la vida ha sido auto-conocerme.
Artem Berman:No, ¨como¨, sino ¨si¨
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: ¿Cómo?
Artem Berman:No, cómo funciona el cerebro sino si este funciona.
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Jajaja. Siempre bromeando.
Artem Berman:Okay, te voy a preguntar más sobre tu trayectoria laboral enseguida, pero por ahora otra preguntita de la que yo me imagino la respuesta, pero incluso así quiero preguntártelo: ¿Qué tal la situación en España por parte de los establecimientos educativos hacia la gente con necesidades especiales? ¿Tienen algunos programas especiales a nivel académico? ¿Estos centros formativos están adaptados o no? o sea, cuando seguías con tu carrera educativa, ¿tenías algunos obstáculos físicos? Los formadores eran conscientes de tu entorno y necesidades?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Puedo decirte que a lo largo de estos 19 años he visto grandes cambios en todos los sentidos. No sólo a nivel físico, de barreras físicas o arquitectónicas, sino también a nivel de conciencia de la sociedad en general con lo que es la discapacidad . Yo creo que sí ha habido grandes cambios pero aún falta mucho por hacer. Me matriculé en turismo, en la facultad de turismo de la Universidad de Málaga en 2004 y era totalmente accesible. Tenía un aparcamiento para personas con movilidad reducida en la misma puerta de la facultad, una rampa, acceso libre hasta la clase y no recuerdo haber tenido ningún problema con compañeros ni profesores. A nivel de conciencia social e inclusión, ésta empieza en los colegios. Se habla de inclusión a los niños y se les hace ver a niños y padres) la importancia de una educación inclusiva. A los padres se les dan charlas de concienciación, pero asisten 2 padres, una pena, pues ellos son el ejemplo para sus hijos. Ha habido niños pequeños que me han preguntado: ¿por qué vas sentada en una silla de ruedas? Y antes de poder contestar a la curiosidad normal del niño, el padre o la madre, le han regañado y le han alejado. Eso es una lástima ¿Qué mensaje le está dando a su hijo? ¿Qué piensa un hijo a quien su padre o madre le aleja de una mujer que va sentada en una silla de ruedas? En los colegios públicos y privados se dan charlas de inteligencia emocional y de inclusión social para los padres y no asiste casi ninguno. Nosotros, los padres y madres, debemos ser el ejemplo de cómo y qué es la inclusión tratando a todas las personas por igual. Ha habido cambios de conciencia con respecto la igualdad, la inclusión, con los más vulnerables, los más desfavorecidos pero aún queda mucho trabajo por hacer en este tema.
Artem Berman:Entiendo. Vale, seguimos entonces con la trayectoria laboral ahora. Como me imagino tuviste que abandonar aquel trabajo, que hacías antes de tener el trauma, por razones obvias. Después del accidente me comentaste que tenías una pequeña clínica veterinaria. Cuéntame ahora sobre tu motivación de volver a empezar. Si en general el trabajo es importante en la vida tal y como lo ves tu. ¿Por qué abandonaste algunos trabajos?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: De mi primer trabajo no me salgo, yo digo que me sacan, me echan. Hacer una ecografía a una yegua (para decir si está o no preñada) requiere meter la mano en el recto hasta prácticamente tu hombro. Hacerlo sentada en una silla de ruedas, era casi imposible. Con lo cual del primer trabajo me sacan ya que no puedo seguir haciéndolo. Y del segundo, de la clínica veterinaria, pues, me saca mi ambición y superación. Soy una persona que me muevo por retos, por metas y objetivos y cuando consigo una meta, me pongo otra nueva, y así sucesivamente. En la clínica estábamos dos personas gestionando un negocio pequeño. Un negocio que creció muy rápido y requería de más recursos para seguir creciendo. De no continuar ampliando el negocio, no tenía sentido que dos personas ejercieran de jefas (es así como lo veía yo). Por tanto, decidí dejarlo. Ya no había nuevas metas y para mí no tenía sentido continuar un proyecto estancado (las aguas estancadas se pudren). Entonces, decidí dejarlo y darme la oportunidad de empezar otro nuevo proyecto.
Artem Berman:Otra pregunta. ¿Ya que trabajaste más o menos para ti misma y tienes este espíritu emprendedor...me gustaría preguntarte, aún a riesgo de entrometerme, estaban los lugares donde trabajaste adaptados? La clínica veterinaria sí estaba adaptada porque la diseñamos nosotras. Hicimos la rampa en la entrada y las puertas de ancho suficiente. Sí, lo era. Sin embargo, un box, el hipódromo, el centro hípico, no eran accesibles. Al campo no se le pueden poner puertas, jajaja.
Artem Berman:Ahora mismo no trabajas. ¿Por qué? ¿Siendo una persona tan activa por qué no tienes actividad laboral? Según tu opinión, cuáles son las principales razones que imposibilitan a una persona discapacitada su vuelta al mercado laboral...
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: ¡Mmmm, buena pregunta! En mi caso, como era autónoma, cuando tuve el accidente me concedieron una pensión por incapacidad laboral. Esa pensión se puede ver reducida o desaparecer si empiezas a trabajar de nuevo. Algunas empresas me han querido contratar y han sido flexibles en horario y condiciones. Las ventajas de trabajar son prácticamente nulas o incluso contraproducentes para mí, diría yo. Las ayudas se las suelen dar a las empresas que contratan a personas con discapacidad en lugar de a la persona que tiene la discapacidad. En España no se fomenta el empleo inclusivo, ni la incorporación de personas con discapacidad al mundo laboral en las mismas condiciones. No es compatible al 100 por 100 recibir la ayuda económica por la discapacidad y un salario respetable. Y no es justo, pues tenemos muchos más gastos (en material ortopédico, técnico, de ayuda de una tercera persona en casa, adaptaciones del coche, rehabilitación, fisioterapia). Todo esto no se puede pagar con el salario medio de un español, ni con la ayuda que te da el gobierno. Yo al menos necesito de todas estas cosas para poder vivir medianamente con calidad y con 1.000 euros, es imposible hacer frente a todos los gastos personales además de los gastos de 3 hijos menores. ¿Por qué no trabajo? Pues hay varias razones. Primero, cuando dejé la clínica veterinaria, estaba en un momento de mi vida de muchas dificultades emocionales, personales y laborales. Allí, en la clínica no puedo decir que trabajaba de veterinaria pues era accionista y llevaba la gestión. No era una situación cómoda con mi socia. A mis hijos apenas los disfrutaba. Estaba con cansancio acumulado y necesitaba un descanso. Habían sido 12 años de lucha por recuperarme a nivel física, mental y emocional, tenía tres hijos, nueva formación y había creado un negocio. No podía más, necesitaba dedicarme tiempo a mí misma antes de que la vida me parara los pies otra vez. Decidí parar, dije STOP. Pensé en tomarme un año sabático o dos para simplemente, bueno, para ver y darme cuenta de lo que estaba pasando en mi vida. El principal motivo por el que dejé el trabajo era porque no estaba bien emocionalmente y tenía una familia que me necesitaba y yo a ella. Invertía y pasaba mucho tiempo gestionando la clínica veterinaria, haciendo mi rehabilitación y poco tiempo en familia, mis hobbies y ocio. Decidí dedicar más tiempo a mi familia, a mis hijos y no tanto al mundo laboral. El segundo motivo, puuuuff, creo que es porque tampoco he encontrado un trabajo que me aporte tanto a nivel personal, de satisfacción personal y laboral, como para sacrificar el tiempo de poder estar con mis hijos, con mis amigos, con mi familia, ni tampoco un buen sueldo para hacer frente a los gastos y tener calidad de vida. Hasta ahora no he encontrado un trabajo que realmente me compense con un sueldo lo suficientemente bien remunerado para poder hacer frente a todos los gastos que tengo. Y finalmente, otro motivo es por falta de fomento de trabajo entre las personas con discapacidad por parte del gobierno. Yo sé cuáles son mis limitaciones y las dificultades que tengo. Por ello percibo una pensión o una ayuda. Si empiezo a trabajar voy a ingresar lo mismo que si me quedo en casa con el dinero de la pensión que me da el gobierno. Es decir, tengo dos opciones: Una, recibir mi pensión y dedicarme a los niños, la casa, los deberes, mi rehabilitación, mis ejercicios, mi familia, mis amigos, mis voluntariados… o dos, ponerme a trabajar por mil y pocos euros, privarme del tiempo en familia y renunciar al tiempo de rehabilitación y salud mental y física. Al final, no te sale a cuenta. Trabajaría 8 horas, no estaría con mi familia, ni tendría tiempo para mi rehabilitación. Si pones en una balanza, pensión + tiempo y en el otro lado, salario – tiempo, creo que la balanza se inclina rápidamente hacia el primer lado. Hay que valorar muy bien, cuánto me aporta una cosa y la otra ,y cuánto gano o pierdo si elijo una u otra.
Artem Berman:En Ucrania por ejemplo hice unas 10 entrevistas a gente con diversas minusvalías y es muy diferente en mi país de origen. Tal y como hemos hablado antes, puedes imaginar que con una pensión de 80€ y con el coste de vida más o menos parecido al de aquí en España, la gente no tiene posibilidad de no trabajar. No puedes sobrevivir con esta pensión. No puedes sobrevivir físicamente. La pensión como tal ni siquiera es suficiente para cubrir los gastos de los fármacos durante un mes. Tú puedes fácilmente comprarte algunos antibióticos pagando esta misma cantidad de 80€ y no tienes para nada más. Entonces es bastante complicado, y es muy diferente a España. Me parece que no estaría mal establecer algún límite. Sí el gobierno ofreciera unos 600 € como una pensión fija que siempre fuera tuya, quizás pudieras elegir, quedarte con ellos y no trabajar o trabajar igualmente y tener la posibilidad de ganar más. No soy miembro del parlamento español, ni del ejecutivo, pero, me parece, que, en realidad, tienen que pensar sobre algo parecido para realmente establecer este balance y promover el interés en personas con discapacidades de participar en la vida laboral. Quizás entre estas personas podrían surgir (y surgen) científicos o académicos motivados por la contribución al bienestar social y al progreso de esta sociedad en general. De hecho, qué te parece, ¿el trabajo como una actividad es algo importante para la reintegración de una persona después de aquel accidente o no tanto?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Sí, sí, es muy importante para cualquier persona de la edad que sea e independientemente de tener una discapacidad o no, contribuir con tu granito de arena y trabajar en algo para ganar tu propio dinero. Toda persona debería estar ocupada e integrada en el mundo laboral. Si además es una persona de baja autoestima, preocupada por su enfermedad o discapacidad, es aún más importante socializar y relacionarse con más personas para sentirse útil desempeñando un trabajo.
Artem Berman:¿Y cuando conversabas con miembros de tu familia, qué opinión tenían de qué trabajarás? ¿Pensaban que era mejor que te quedaras en casa?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: La verdad es que casi siempre hago lo que quiero. Pregunto, escucho y tomo mis propias decisiones.
Artem Berman:Si no tuvieras nunca que preocuparte por la parte material del trabajo, por ejemplo, digamos que tuvieras en tu cuenta bancaria 25 millones de euros, podrías imaginarte, ¿la vida sin trabajar? , solo disfrutando de una vida contemplativa? O igual te gustaría encargarte de algún tipo de trabajo o de alguna actividad que te motivara personalmente…cómo percibes un trabajo, ¿cómo una obligación o como un lujo?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Percibo el trabajo como algo que haces porque te gusta y te apasiona. Un trabajo no debería ser un esfuerzo, una lucha, un “no me queda más remedio si quiero llevar dinero a casa”. Un trabajo debería ser algo que te aporte tanto a nivel personal, como a nivel económico, y claro, los dos son importantes. Aportación económica y un desarrollo personal. Poder tomarlo como el lugar en el que pasas un rato y te suma de manera positiva en la vida. De hecho, yo les digo a mis hijos: estudia lo que te guste, que ya trabajarás, en lo que te guste. Y una cosa que no te influya en la otra. Puedes estudiar sobre algo que te pueda gustar mucho, por ejemplo, historia o geografía y si luego no te ves trabajando como un profesor, pues trabajas en algo que te guste. Y si te gusta trabajar, no sé, de comercial, pues, trabaja de comercial o de algo que te apasione. Estudia, lo que te guste y trabaja luego en lo que te guste y te aporte.
Artem Berman:¿Y qué más está en tu vida?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: No tenemos tanto tiempo. Jajaja. He sido una persona muy deportista. Me gustaba y me gusta mucho practicar deporte. Cuando trabajaba nunca tenía tiempo para practicarlo pero la discapacidad me ha permitido practicar muchos tipos de deporte. Esquí, hipoterapia, piragüismo, buceo, natación, esquí náutico, baloncesto, ping-pong, ciclismo etc. Creo que he probado casi todos los deportes, jajaja. Independientemente de la discapacidad que tengas, hoy en día se pueden practicar casi todos los deportes. A raíz de la discapacidad el deporte ha llegado a mi vida para quedarse.
Artem Berman:Estoy muy de acuerdo. Dime… Tú has tenido en tu vida algunas experiencias bastante difíciles, pero lograste retomar las riendas de tu vida y, seguir viviendo y disfrutando. De todas esas vivencias, ¿cuáles fueron las lecciones más significativas que aprendiste?
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Las lecciones más importantes… Que la vida no se valora hasta que ves de cerca la muerte. Que en la vida las grandes oportunidades también se presentan en forma de grandes dificultades. Que los valores cambian a lo largo de nuestra vida y que las creencias son sólo creencias que condicionan nuestra manera de ver la realidad. Que en la vida lo importante no es saber caerse, sino saber levantarse. Que la vida es una montaña rusa, de bajadas y subidas con diferentes niveles. Lo importante es saber que se llega al final de la montaña y allí es donde te bajas. Y mientras tanto hay que disfrutar del viaje. La importancia de ser flexible en la vida, ya que no sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta. Por último, practicar y hacer deporte y comer sano es imprescindible para estar bien física, mental y emocionalmente.
Artem Berman:Perfecto. Nos acercamos al final. Pues finalmente me gustaría, que tu terminaras algunas preguntas abiertas. O sea que te definieras a ti misma con tus propias palabras finalizando algunas frases, por ejemplo, “yo soy…”
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Yo soy…opino que todo lo que se pone detrás del yo soy, te hace más pequeño. Te puedo decir, yo soy veterinaria, yo soy madre, yo soy hija, yo soy amiga, pero esto me hace más pequeña. Mejor decir simplemente, “yo soy” sin etiquetas.
Artem Berman:¡Perfecto! “Antes de mi accidente yo era…”
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Oh, una luchadora. Siempre nadaba en contra de la corriente. Como un pez, que nada en contra de la corriente. Yo era...un pez cabezón y perfeccionista.
Artem Berman:Okay, “yo seré…”, en el futuro.
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: yo seré… la sirena, que se deja llevar y acariciar por las aguas y nadar a favor de la corriente.
Artem Berman:Me encanta, “yo quiero…”
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Oh, yo quiero ver un mundo feliz.
Artem Berman:Y, “mi gran miedo y mi gran esperanza” una cosa y otra.
Montserrat Chinchilla Garcia Ligero: Mi gran miedo, uf, yo creo que ya hemos pasado tantas cosas en la vida que ya tenemos miedo a pocas cosas, ¿no? No tengo miedo ni siquiera a la muerte. Si llega un miedo (que llegará), lo afrontaré. Y mi gran esperanza, pues, no lo sé, no sé cuál, no sé qué contestar, porque tengo la esperanza de… bueno, sí, la esperanza de dejar algo que aporte y mejore el mundo. Diría dejar huella, digamos.
Artem Berman:Si, te entiendo perfectamente, ahora sí que finalmente hemos terminado la entrevista. ¡Ha sido un auténtico placer, eres un encanto!